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Iniciamos por medio de la comunicación vía telefónica, correo electrónico, whatsap, o acogida en nuestro Monasterio para unos encuentros preliminares que ayuden a un conocimiento entre ambas partes.
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Aspirantado: La joven vive esta etapa dentro de la comunidad, esta etapa durará un año.
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Postulantado: Esta etapa dura dos años viviendo el día a día con la comunidad, recibe ayuda para profundizar en su formación cristiana fundamental y será iniciada en el sentido de esta vocación específica, mediante su integración en la observancia monástica cotidiana y la reflexión sobre la misma.
Noviciado: dura dos años, comienza con el rito de iniciación monástica, que incluye la “toma de hábito”. Durante este tiempo la Novicia continúa en la profundización de su vida de fe por el acercamiento a la Sagrada Escritura y la Liturgia, y emprende el estudio de la Regla de San Benito y la tradición monástica, su historia y espiritualidad.
Toda esta reflexión le ayudará a continuar su discernimiento vocacional y la preparará para su primera profesión.
Juniorado: al término del noviciado la Hermana hace Profesión de vida monástica, obediencia y estabilidad según la Regla de San Benito, por cinco años. El Voto de “conversión de costumbres”, incluye la castidad, la pobreza, el silencio, la sobriedad, la importancia de la oración, y los demás elementos que señalan la Regla y la Tradición Monástica.
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Concluido el juniorado la Monja hace su Profesión Solemne y definitiva y recibe la Consagración Monástica, quedando así ligada para toda la vida a la comunidad con la cual seguirá viviendo su búsqueda de Dios.
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Durante todo el tiempo antes de la Profesión Solemne la Monja Benedictina ha recibido la formación necesaria para insertarse en la corriente viva de la tradición monástica, la cual continúa durante toda la vida a un ritmo distinto del que se observa en la formación inicial; esta formación permanente es necesaria para alimentar la vida espiritual y la comunión con El Señor y las Hermanas, con la historia y la creación.